Carboxiterapia es un procedimiento estético que implica la administración controlada de dióxido de carbono (CO2) medicinal subcutáneo. Este tratamiento se utiliza principalmente en el ámbito de la medicina estética para diversos fines, como la reducción de la celulitis, la mejora de la elasticidad de la piel y la estimulación del flujo sanguíneo.

El procedimiento de carboxiterapia generalmente se realiza mediante la introducción de pequeñas cantidades de CO2 bajo la piel utilizando agujas finas. El gas ayuda a aumentar el flujo sanguíneo en la zona tratada, lo que puede tener varios efectos beneficiosos para la piel y los tejidos circundantes. Algunos de los posibles beneficios de la carboxiterapia incluyen:

1. Mejora de la circulación sanguínea: El CO2 puede dilatar los vasos sanguíneos, aumentando así el flujo de sangre y oxígeno a los tejidos.

2. Estimulación del colágeno: Se cree que la carboxiterapia puede estimular la producción de colágeno, una proteína que contribuye a la firmeza y elasticidad de la piel.

3. Reducción de la celulitis: Al mejorar la circulación sanguínea y estimular el metabolismo de las células grasas, la carboxiterapia puede ayudar a reducir la apariencia de la celulitis.

4. Mejora de la apariencia de la piel: Puede contribuir a la mejora de la textura y la apariencia general de la piel, especialmente en áreas propensas a la flacidez.

Es importante señalar que, aunque la carboxiterapia se considera un procedimiento seguro en general, como cualquier tratamiento médico o estético, puede tener efectos secundarios y contraindicaciones. Es crucial discutir cualquier preocupación o historial médico relevante con un profesional de la salud antes de someterse a este tipo de procedimientos.